Cambiar el suelo de tu casa no tiene por qué ser una reforma costosa ni complicada. La tarima flotante es una solución ideal para quienes buscan renovar su hogar con un acabado moderno y cálido, sin necesidad de contratar a un profesional. Con algo de paciencia y siguiendo unas indicaciones básicas, puedes hacerlo tú mismo. A continuación, te explicamos cómo instalar tarima flotante paso a paso, de forma sencilla y efectiva.
¿Qué necesitas antes de empezar?
Antes de ponerte manos a la obra, asegúrate de contar con las herramientas necesarias. Necesitarás:
- Tarima flotante (con sistema clic)
- Base aislante o foam
- Cúter o sierra de calar
- Cinta métrica y lápiz
- Cinta adhesiva y cuñas separadoras
- Nivel de burbuja y regla
Es importante que el suelo esté limpio, seco y nivelado. Si el subsuelo tiene irregularidades, es recomendable nivelarlo con una pasta autonivelante.
Paso 1: prepara la base del suelo
Coloca una lámina de foam o base aislante sobre todo el suelo. Este material ayuda a aislar acústicamente, amortigua las pisadas y protege la tarima de la humedad. Une las láminas con cinta adhesiva para evitar desplazamientos.
Recuerda dejar un pequeño margen en los bordes para permitir la expansión del material.
Paso 2: planifica la dirección de las lamas
Lo ideal es colocar las lamas de los suelos flotantes en dirección a la luz natural principal de la estancia, ya que mejora el efecto visual del espacio. También puedes orientarlas según la forma de la habitación para lograr mayor continuidad.
Haz una prueba colocando unas pocas lamas sin encajar para visualizar el resultado final.
Paso 3: comienza a instalar desde una esquina
Empieza por una esquina de la habitación, dejando un espacio de unos 8 a 10 mm de dilatación entre la tarima y la pared. Usa cuñas separadoras para mantener esa distancia.
Encaja las lamas utilizando el sistema clic, primero en sentido longitudinal y después en transversal. Asegúrate de que cada pieza quede bien fijada.
Paso 4: corta las piezas finales
Cuando llegues al final de una fila, mide el espacio restante y corta la lama con la ayuda de una sierra o cúter. Aprovecha el sobrante para iniciar la siguiente fila, siempre que tenga una longitud mínima de 30 cm.
Recuerda escalonar las juntas para lograr un efecto estético más natural y reforzar la estabilidad del suelo.
Paso 5: coloca los remates finales
Una vez que hayas terminado toda la instalación, retira las cuñas separadoras y coloca los rodapiés o zócalos. Estos cubrirán el espacio de dilatación y darán un acabado limpio y profesional a la instalación.
Si tienes puertas, quizás necesites rebajar la parte inferior del marco para que la tarima encaje sin problemas.
Conclusión: un cambio sencillo con grandes resultados
Instalar tarima flotante es una tarea más sencilla de lo que parece, siempre que sigas los pasos adecuados y prepares bien la superficie. Es una forma económica y efectiva de renovar cualquier espacio, con resultados que mejoran tanto el aspecto como el confort del hogar. ¡Anímate a hacerlo tú mismo!